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Quiénes Somos

Somos Adoptá un Galgo en Argentina, una ONG que se encarga de rescatar galgos descartados de las carreras clandestinas o de la caza, recuperarlos del maltrato al que fueron sometidos y reubicarlos en familias aptas para la adopción.

No recibimos ningún tipo de subsidio y nos mantenemos sólo con las colaboraciones de nuestros miembros, voluntarios y seguidores.

No tenemos refugio. Los rescatados se encuentran en hogares de tránsito, la manera ideal de recuperar física y emocionalmente a un galgo maltratado mientras espera su familia definitiva. En un hogar de tránsito pueden ser evaluados más eficazmente, para buscar el adoptante adecuado para su perfil único e individual.

Todos puede colaborar, ninguna ayuda es demasiado pequeña. Adoptar, transitar, difundir, donar, comprar en el Shop Solidario Adoptá un Galgo en Argentina.

¿Por qué los Galgos?

Si bien somos conscientes de que hay muchísimos animales que sufren abandono, decidimos focalizarnos en esta raza porque sufre maltrato y explotación y es casi desconocida para una gran parte de la sociedad.

Son, al mismo tiempo, excelentes compañeros, leales, tranquilos, cariñosos y una de las razas más maltratadas en varias partes del mundo. En España les dicen «perros de usar y tirar», y en Argentina no es diferente.

El que vio la mirada de un galgo, ha visto la bondad más pura. Ellos han sufrido toda su vida, pero no dudan en perdonarnos y darnos otra oportunidad cuando les mostramos que las personas también somos capaces de dar cariño.

El Galgo necesita nuestra ayuda, se encuentra marginado y es todavía invisible para una parte de la sociedad. Invisible su sufrimiento e invisible a la hora de buscar un compañero para la familia. El Galgo es el perro ideal para compañía.

Como dicen en España: «Poné un Galgo en tu vida» y te aseguramos, que se te clavan en el corazón para siempre.

¿Cómo son los Galgos?

Dado que la mayoría de nuestros galgos han sido perros maltratados, o que han sufrido en mayor o menor medida algún trauma, es posible que el perro que adoptes o transites tenga alguna dificultad en la adaptación inicial. Los factores que influyen en el comportamiento del perro son:

  • Genéticos.
  • Etapa de socialización inicial con la madre personas, otros animales
  • Y experiencias vividas (que normalmente desconocemos cuando llegan a nosotros).

Por lo general son animales obedientes, muy sensibles, de forma que no soportan los castigos ni las malas formas. Debemos tener paciencia, no actuar de forma brusca hacia ellos, y dejar que poco a poco se acerquen a nosotros y aprendan a confiar, sin forzar la situación nunca (o tendremos el efecto contrario). Como cualquier perro, ellos también deben tener normas básicas de convivencia en casa y en la calle, pero antes de todo, debemos darle unos días de adaptación a su nueva familia, y ayudarle a crear un vínculo de confianza con nosotros. De esta manera, tendrá un punto de referencia y podrá entender mejor esas “normas” básicas que le enseñaremos, tan necesarias para mantener a nuestro perro estable.

¿A qué nos referimos con “normas básicas”?

Mantener las pautas alimenticias, como comer 2 ó 3 veces al día según necesidades o recomendación veterinaria, y no darle de picar estando nosotros comiendo (para evitar malos hábitos).

Realizar los paseos con correa 2 ó 3 veces al día dejando que se relacione y sea social con los demás perros y personas (sin forzar la situación).
Aprovechar los paseos para reforzar las conductas higiénicas adecuadas y premiar cuando hace sus necesidades afuera. La mayoría están acostumbrados a ir a zonas con tierra, debemos dejar que huelan el terreno para que encuentren su mejor lugar para hacerlo. Darles tiempo.
Que su lugar de descanso esté bien definido. Normalmente los galgos prefieren una cama blanda y confortable –del estilo de los puff fiaca-.
Que tengan juguetes para morder o educativos para que se entretengan. Cuando se queden solos sabrán cómo evitar el aburrimiento sin usar objetos de la casa no deseados.

Practicar obediencia básica en lugares cerrados o vallados. Como por ejemplo el “vení”. Cuando el perro obedezca lo premiamos con comida o jugando con él, y a continuación lo dejamos ir otra vez. Así, no relacionará el “vení” con que le ponemos la correa para irnos a casa -que es mucho más aburrido que quedarse jugando!-. Esto, además de ser muy útil para cuando queremos que venga, nos ayuda a establecer un mejor vínculo con nuestro perro de una forma agradable con recompensas, caricias y premios.

Uno de los problemas más frecuentes que nos encontramos en nuestros galgos es que tengan miedos, inseguridades, fobias, o ansiedad por separación. Debemos tratar de comprenderlo primero para poder ayudarlos a superar cualquier obstáculo. Recomendamos familiarizarse con el lenguaje corporal de los perros –las señales de calma o señales de apaciguamiento – para poder entenderlos mejor y ayudarles en el proceso de adaptación.

Las señales de calma son ciertos cambios o movimientos en su cuerpo que interpretamos como señales de apaciguamiento para calmar al individuo que tiene delante, sea perro, humano u otras especies animales. Es su forma de decirnos que “no quieren peleas ni malos entendidos”, o que “nos tienen miedo y no nos entienden”.

La ONG cuenta con un grupo de educadoras caninas voluntarias que pueden asesorar a los tutores sobre cómo trabajar con sus perros.

Podemos resumir los problemas más habituales que encontramos en los galgos rescatados de la siguiente manera:

el miedo

Es una reacción emocional incontrolable que muchas veces está cronificada. Puede desencadenar en impulsos de huida, de bloqueo momentáneo e inmovilización, y en algunos casos incluso agresividad por miedo. En los galgos, más común es alguna de las dos primeras opciones, por eso recomendamos no dejarlos sueltos en el exterior hasta al menos conocer sus reacciones, asegurarnos que tienen la suficiente confianza con nosotros para volver o buscarnos, y tenerlos bajo control, para evitar huidas. Esto puede pasar pasados los 6 meses o el año de adopción.

Debemos aprender a observarlos para averiguar qué le produce miedo y poder ayudarlo. Pueden ser ruidos (petardos, tormentas), personas o animales, o incluso tipos de suelo resbaladizos simplemente porque no están acostumbrados. En ocasiones solo tienen miedo a los hombres por ejemplo. Si el galgo que tenemos en casa tiene miedos, no debemos dejarlo suelto hasta tener el problema superado, y, aún así, dejarlo suelto solo en lugares controlados y vallados.

Atención

Recordar que también pueden correr para perseguir un gato o pájaro por su instinto cazador

Formar un buen vínculo y generar confianza en nuestro perro, son claves para ayudarlo a superar sus miedos.

La Ansiedad por Separación

Es una reacción de ansiedad que se observa en algunos perros al verse separados de uno o más miembros de la familia. Esta ansiedad tiende a manifestarse con alguno o varios de estos síntomas, solo y exclusivamente, cuando el animal está solo o separado de su guía:

Destrozos en la casa, rascar puertas, etc.

Ladridos o aullidos desconsolados

Eliminación inapropiada (defecación y micción)

La ansiedad aparece incluso en periodos de tiempo muy cortos de ausencia del tutor. Son muchos los factores que pueden llevar a un perro a desarrollar un problema de ansiedad por separación y normalmente están relacionados con su falta de auto-confianza que es reemplazada por encontrar seguridad en la presencia de las personas. Sea como fuere, el perro con ansiedad por separación no es capaz de mantener un buen equilibrio en ausencia de sus propietarios, cuya presencia resulta imprescindible. Por ello el perro se muestra tan dependiente de las personas. No se trata de una venganza por haberse quedado solo. La conducta inadecuada que muestra al quedarse solo es su forma de liberar el estrés que sufre en esos momentos.

La ansiedad por separación es un problema de comportamiento que puede ser tratado y controlado. Es muy importante fomentar su independencia y de nada sirve, e incluso empeora la situación, el retarlo.

el aburrimiento

Es muy frecuente y muy fácil confundir la ansiedad por separación con el aburrimiento, ya que algunos de los síntomas podrían ser similares, como lloriquear cuando se queda solo, o incluso mordisquear cosas o romperlas.

Los perros son animales sociales, de grupo, que pasan sus días en comunidad. Los galgos son perros. No es inusual que les cueste quedarse solos en casa, pero pueden aprenderlo.

Es muy habitual ver que nuestros galgos no saben jugar con juguetes como lo haría cualquier otro perro, ya que la mayoría de ellos se han utilizado exclusivamente para trabajar y no como animal de compañía. Y por tanto no saben entretenerse cuando están solos (si no están durmiendo). Así que otra tarea importante será fomentar el juego, búsqueda de objetos o comida, etc. De esta forma podremos dejarles cosas para que se entretengan durante nuestra ausencia.

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